En un contexto nacional donde la problemática social ha marcado la agenda; el cambio climático es una constante a nivel global; y la inclusión y paridad es una exigencia en prácticamente todos ámbitos de la vida, las empresas han debido asumir nuevos desafíos para contribuir a la sociedad.
El seminario, que llevó por nombre "El que se ocupa gana: ESG y el impacto real de la empresa", buscó mostrar, a través de la experiencia de cuatro expositores, la importancia de incorporar los principios del ESG en las empresas.
El evento, impulsado por Centro para el Desarrollo de Iniciativas Sociales (CEDIS), comenzó con las palabras de Raimundo Monge, director general del ESE Business School. El directivo, dio inicio al evento refiriéndose a cómo estos principios deben ser vistos como un compromiso de mejora empresarial.
"Los criterios del ESG buscan incluir en las empresas objetivos para cuidar el medio ambiente y su relación con las comunidades. Algunos lo ven como una moda pasajera y algunas empresas se quedan en el mínimo. Creemos que eso es un error. Con los panelistas vamos a intercambiar puntos de vista en estas materias, para delinear enfoques y soluciones que abran nuevas formas sostenibles", señaló Monge.
Quien también estuvo presente para iniciar la actividad fue Edinardo Figueiredo, CEO de Private Bank Latam en J.P. Morgan. "Las empresas que no están alineadas a prácticas más sustentables quedaran fuera de la competencia. Como dijo el CEO de J.P. Morgan 'esta es una manera más inteligente de hacer negocios'", señaló.
Luego, el director del CEDIS y profesor del ESE Business School, Rafael Mies, se refirió a los criterios ESG citando a Adam Smith y su metáfora de la mano invisible que ve a la economía de mercado como una herramienta con capacidad para alcanzar el bienestar social.
"No es solamente la mano invisible. Si no el corazón invisible que está moviendo los hilos para repensarnos en el planeta, tenemos hijos que hacen que sí nos preocupe el mundo que les viene. En la medida que ayudemos al compañero, vamos a ser capaces de protagonizar un mundo lleno de optimismo hacia el futuro", expresó el académico.
Posteriormente, se dio paso a las exposiciones. El primero en exponer fue Matías Ringel, especialista senior de inversiones para Sudamérica en J.P. Morgan, quien destacó cómo el cliente se ha vuelto más exigente en cuanto a la información sobre la empresa que provee el producto y su impacto social y medioambiental.
"ESG vino aquí para quedarse, ya que la gente está empezando a leer las etiquetas, si es orgánico o si se hizo ayudando a las comunidades. Esto no está diseñado solo para las grandes empresas, sino para todas, pensando en que el 95% de las empresas del mundo son pequeñas y medianas", señaló.
A continuación, fue el turno de Florencia Fuentealba, abogada asociada del Grupo Compliance, az - Albagli Zaliasnik. La jurista se refirió a cómo las leyes han impulsado que las empresas incorporen los criterios del ESG como un aspecto fundamental. (Ver presentación)
"La ley da el empujoncito para que las empresas se vean obligadas a hacer los cambios, quizás al principio fueron costosos, pero ahora son el piso mínimo que todas deben cumplir", explicó la abogada. "Si bien antes era una opción, hoy se ha convertido en una exigencia, ya que los grupos de interés están más informados y empoderados", agregó.
Por otro lado, David Falcón, líder en práctica de Sustentabilidad ESG y Reputación en Deloitte, también demostró cómo más empresas están interesándose por cumplir con el compromiso medioambiental, social y de gobernanza. (Ver presentación)
"La tendencia de búsqueda de ESG en Google ha ido en aumento. Esta activación, con respecto a conocer lo que es, ha empezado a crecer de manera significativa. Y eso también se ha traducido en inversiones concretas. En Latinoamérica, Colombia y Chile son los primeros actores en incluir la normativa ESG", señaló el experto.
Finalmente, María Eugenia Torres, gerente general de la Corporación Red de Alimentos, contó cómo, en la práctica, su organización impacta positivamente en lo social y en el cuidado del medio ambiente. "Somos un banco de alimentos que rescata los productos que no se pueden comercializar por alguna pequeña falla", contó. (Ver presentación)
Además, detalló que "el desperdicio de alimentos genera aproximadamente el 8% de contaminación en el mundo y 2,9 millones de personas en Chile sufren algún tipo de inseguridad alimentaria. Las empresas tienen que apoyar este tipo de iniciativas y la academia tiene que propiciar que se investiguen temas que tengan que ver con estas problemáticas".
Para terminar el seminario, los expositores debatieron en un panel moderado por la periodista María José O´Shea, editora La Tercera, donde rescataron aspectos como la paridad de género en las empresas y su beneficio en el crecimiento de estas; y cómo los nuevos negocios ya tienen incorporado, desde su génesis, los criterios del ESG.