El Centro Ética Empresarial del ESE Business School realizó un foro en formato webinar en el cual se presentaron los resultados de un estudio realizado sobre "Ética y Crimen Corporativo en Chile". En la actividad, se contó con las exposiciones de Ricardo Gameroff, miembro de la Asociación de Examinadores de Fraude de Estados Unidos; Ricardo Riesco, Fiscal Nacional Económico; y el director del Centro, Álvaro Pezoa.
La finalidad del estudio mencionado fue mostrar el escenario real de la ética corporativa en Chile, además de aportar en el empeño por mejorar las culturas y buenas prácticas corporativas y contribuir en reducir la comisión de fraudes y acciones dolosas.
En la oportunidad, Ricardo Gameroff comenzó la exposición dando un contexto del escenario en el que se encuentran las empresas en Chile, acudiendo también a ejemplos específicos de diversas compañías, incluyendo las colusiones que han salido a la luz en el país, comentando que "es una forma para ilustrar la imagen de las instituciones (de negocios) en Chile".
Además, al detallar los hallazgos del estudio se abordaron temas que van desde la rectitud moral, el porcentaje de incidencia de fraudes, la tipología de ellos que son cometidos, la disposición a realizarlos, la justificación esgrimidas y los métodos utilizados para evitarlos.
"Este estudio muestra con claridad algo sabido, y es que se necesitan tres claves para la prevalencia de la ética en las organizaciones: liderazgo directivo, cultura corporativa y sistemas, controles y procesos. Estas tres realidades son imprescindibles en esta materia y todos los estudios que existen lo corroboran", destacó Álvaro Pezoa.
Dentro de los resultados obtenidos arrojan qué en la gran mayoría de las empresas, más del 80%, la alta administración comunica claramente sus expectativas éticas al resto de la organización. Pero el mensaje moral no se queda solo en las palabras: en la mayoría de las empresas, alrededor del 85%, el liderazgo corporativo acompaña el mensaje con el ejemplo. Sin desmedro de lo anterior, un porcentaje relativamente importante de empresas aún no cuenta con un código de ética. De hecho, este manual no fue adoptado todavía por cerca del 40% de las instituciones. Además, casi la mitad de las empresas, 45% aproximadamente, no provee de entrenamiento y capacitación sobre ética y fraude a sus empleados.
El fiscal analizó este último punto, explicando que "si bien el 60% de las empresas afirma tener un código de conducta, casi la mitad no lo tiene. Esto es preocupante porque solo el 40% tiene una línea de denuncia, y es difícil sostener que se tiene un código (efectivo) si no va acompañado con una línea de denuncia", agregando que se puede concluir que solo 40% de los códigos de conducta tendría algún grado de seriedad en su aplicación.
Por tu parte, Álvaro Pezoa agregó que las respuestas recibidas parecen dar cuenta de la prevalencia de liderazgos éticos desde la alta dirección, al tiempo que denotan la presencia habitual de culturas corporativas e instrumentos prácticos (como, por ejemplo, son los códigos de ética y las líneas de denuncia) que colaboran directamente a afianzar la contextura moral en las organizaciones e indirectamente a prevenir las conductas dolosas e ilegales. "Sin desmedro alguno de ello, los datos recolectados muestran también que queda amplio espacio para trabajar en este ámbito, muy particularmente en la socialización de los códigos y en la formación ética y antifraude, para hacerlos efectivos", enfatizó.
Por otro lado, Ricardo Riesco comentó que, si bien su visión era un poco más pesimista, los resultados de la investigación le parecían "sorprendentes, decepcionantes y preocupantes" en lo que respecta a los futuros desafíos a los que se está enfrentando Chile y teniendo en consideración las faltas cometidas por diversas empresas en los últimos años. De todas formas, señaló, el estudio realizado por el ESE Business School permite mejorar, al tiempo que desprender aspectos buenos de las empresas, ya que "revela temas importantes del ser humano y su comportamiento".
Cabe destacar que de las conductas indebidas consultadas, queda en evidencia que la entrega de "coimas", o sobornos, para ganar nuevos negocios no es una costumbre comúnmente aceptada en el país, ni siquiera en épocas anormales. Sin embargo, en contraste, cuando se preguntó sobre la percepción acerca de la prevalencia de la corrupción en nuestro país, solo el 5% aproximadamente respondió que en Chile la coima y el soborno no están presentes. Adicionalmente, un porcentaje relativamente importante de los encuestados señaló que estaría dispuesto a realizar dos conductas directamente relacionadas con el incremento irregular de los ingresos de la compañía, como son el adelantamiento de la fecha de contabilización de una venta o contrato, aproximadamente un 35%, y el ofrecimiento de condiciones muy flexibles de devolución de lo entregado a fin de aumentar el volumen de ventas, en torno a 73%".
Para concluir, Álvaro Pezoa recalcó que "este estudio arroja luces sobre el crimen corporativo y su relación con la ética en la actividad empresarial que se realiza en Chile. En general, los resultados parecen indicar que prima holgadamente la probidad por sobre la corrupción y la comisión de fraudes. No obstante, los hallazgos encontrados dejan dudas abiertas sobre una posible tendencia de los encuestados a "idealizar" el contexto más cercano (industria) en comparación al escenario nacional. ¿Cuál entre ambos da una imagen más real de la situación en la materia? Hay necesidad de seguir investigando para esclarecer este crucial punto".
Para revisar el estudio completo haz clic aquí.
A continuación las presentaciones de los expositores:
