La directora ejecutiva del Centro de Estudios Financieros (CEF) del ESE Business School, María Cecilia Cifuentes, participó como expositora en la Comisión de Trabajo y Seguridad Social del Congreso.
En la oportunidad, profundizó en el tema de la reforma previsional, argumentando que una reforma de pensiones puede ser un impulsor de crecimiento, de empleo, de mejores salarios y de mejores pensiones. "Nuestro principal desafío político es lograr acuerdos, el mundo político debe ser capaz de romper el inmovilismo frente a reformas que pueden tener costo político en el corto plazo".
Luego, se refirió a que los estudios muestran que el principal efecto de mayor ahorro generado por el sistema de capitalización, no proviene principalmente del aumento del ahorro obligatorio, sino del desarrollo del mercado de capitales.
"¿Qué es el mercado de capitales? Una infraestructura invisible que se construye lentamente, y cuyas bases en el caso chileno están sustentadas en el ahorro de los trabajadores. Es por esto que se necesita aumentar la tasa de cotización, asegurando que ese mayor esfuerzo de ahorro vaya al mercado de capitales y se invierta con el mejor mix de retorno y riesgo", aseguró la académica.
Además, agregó que "La reforma propuesta cambia esa estructura en forma muy radical, el Estado pasa a tener un rol excesivo, mientras desaparecen instancias que tienen un rol relevante, lo que genera un riesgo importante. Por otra parte, el autopréstamo es un retiro disfrazado".
También, planteó la pregunta de si la reforma logra un mayor ahorro nacional, enfatizando uno de los problemas de la propuesta es entrega los beneficios inmediatamente a través de mayor deuda pública, mientras que el ahorro aumenta en forma muy gradual. Por otra parte, la densidad de cotizaciones depende de edad de jubilación y formalidad laboral, ya que el aumentar la edad de jubilación en forma gradual para generaciones jóvenes, es una tema que sigue pendiente y no es para nada claro que se generen incentivos a la formalidad, siendo este es un problema creciente y que debería enfrentarse con políticas más allá de la previsión.
Al preguntarse si la reforma genera incentivos a la formalidad, la académica comenta que: "La PGU sube hasta un 55% de la mediana de ingresos laborales, lo que puede afectar los incentivos a cotizar de sectores de bajos ingresos. Por su parte, la solidaridad intergeneracional en función de montos cotizados genera incentivos a cotizar por los montos más bajos posibles (la situación de los funcionarios públicos debería ser corregida, dado el gran número de asignaciones no imponibles)".
"Parece que avanzamos a un sistema en que el derecho a pensión supera el deber de cotizar, lo que lleva a preguntarse por su sostenibilidad. Necesitamos fomentar la formalidad. La propuesta de reforma no avanza en esa dirección, de hecho, podríamos retroceder. Es necesario mayor control de la elusión y la evasión de cotizaciones de seguridad social, modificar una oferta programática social que incentiva la informalidad, y generar incentivos a cotizar. Si todos cotizan lo que corresponde, es posible establecer transferencias intergeneracionales, se puede hacer con cuentas de capitalización individual".
Para concluir, hizo un fuerte llamado: "En resumen, debemos y podemos hacer una reforma de pensiones que termine siendo una contribución al desarrollo económico y contribuya a mayor confianza en el mundo político, ya que el objetivo de mejores pensiones no se logra solamente a través de la política previsional.