Recién este lunes ha sido conocido el fallo de la Corte Internacional de Justica (CU) de La Haya respecto a la demanda interpuesta por Bolivia, en orden a que se estableciera para Chile la obligación de negociar con ella un acceso al Océano Pacífico.
La alegría que ha producido en Chile el contundente -e inesperado- contenido de la sentencia emitida por el mencionado tribunal, que no hizo sino justicia al ratificar el legítimo derecho patrio a atenerse para estos efectos a lo acordado en el Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Bolivia de 1904, no debe hacer olvidar a las autoridades pertinentes la impostergable necesidad de reflexionar seriamente sobre la conveniencia (o no) para los intereses del país de continuar suscribiendo el "Pacto de Bogotá" o Tratado Americano de Soluciones Pacíficas (1948).
Álvaro Pezoa
3 de Octubre del 2018