La Tercera - 7 de junio
En Copenhague, la capital de Dinamarca, donde a las cinco de la tarde todas las personas dejan su trabajo y suben a sus bicicletas para llegar a casa temprano, la felicidad asume distintos rostros: si el clima no es particularmente inclemente, pueden ir a cosechar tomates en el jardín comunitario que han creado con sus vecinos; pero si el frío arrecia, se pueden encender velas y arrebujarse junto a la chimenea para leer la novela o ver la serie sobre el criminal desequilibrado que corresponda, o bien ingerir considerables cantidades de preparaciones azucaradas.