También requerimos de empresas que promuevan la corresponsabilidad en serio. Que introduzcan políticas de conciliación también para hombres y se preocupen de reducir la penalización cultural hacia quienes se comportan corresponsablemente, así como destacar liderazgos que sean modelos a seguir en integrar trabajo y familia, entre otras muchas iniciativas, Esas empresas verán recompensados sus esfuerzos, pues incentivarán el desarrollo de habilidades de liderazgo, que según Grau (2016) se caracterizan por ser las más valoradas en el siglo XXI. Ello sin considerar el aumento en los niveles de compromiso, motivación y productividad, entre otros indicadores.
María José Bosch
23 de junio del 2020