La reciente Cuenta Pública del Presidente Gabriel Boric dejó una sensación de decepción: fue extensa en su duración, pero exigua en contenido relevante para los chilenos. Más allá de las formas y gestos, lo esencial estuvo ausente: una mirada honesta y responsable sobre los problemas que más preocupan al país.
Durante dos horas y media, el Presidente insistió en promover una agenda de corte ideológico, destacando la despenalización del aborto y la transformación del penal de Punta Peuco en cárcel común. Estas propuestas, lejos de responder a prioridades nacionales, dividen y polarizan, desviando la atención de asuntos urgentes como la seguridad, la reactivación económica, el empleo o la salud.
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Álvaro Pezoa B.
02 de junio del 2025