Ética de la virtud y corrupción

Para poder hablar de ética parece cada vez más evidente que primero se debe descartar la idea generalizada según la cual el poder es el fin principal de la política y el beneficio el de la actividad empresarial. Se trata de objetivos errados porque ambos son, esencialmente, medios y no guarda sentido convertirlos en una finalidad última. Es más, no resulta posible desarrollar unos criterios de actuación sólidos si no se tiene en mente una finalidad determinada, razonable y honesta. Y ocurre que el deseo de acumular poder o riqueza es indeterminado e infinito; además, acopiar infinitamente es un propósito irrealizable por definición.

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Autor:

Álvaro Pezoa B.

Fecha de Publicación:

04 de noviembre del 2024