La Cuenta Pública presidencial trajo consigo una esperable doble sorpresa: la intención de enviar un proyecto de ley sobre aborto, junto con dar urgencia a otro en trámite, sobre eutanasia. Todo esto ocurre en el contexto de los innumerables problemas graves que aquejan a la población. La lista de estos últimos es larga y conocida (seguridad, crecimiento, empleo, educación, salud, inmigración), más todavía, es dramáticamente sufrida a diario por la población. Con todo, el gobierno parece vivir en un mundo paralelo, lleno de anteojeras y autocomplacencia. A falta de anuncios concretos, qué decir de reconocimiento de responsabilidades propias, el mensaje del Primer Mandatario ha vuelto sobre la denominada "agenda valórica".
Este hecho suscita algunas reflexiones. La primera de orden táctico. El pasado sábado Boric le habló, principalmente, a su núcleo de adherentes duros (PC y FA), al 30% que lo aprueba en las encuestas contra viento y marea. En un momento que, en estricto rigor, se requiere adoptar decisiones correctivas y buscar acuerdos más amplios para resolver carencias sociales en materias básicas y apremiantes que afectan a la mayoría de la ciudadanía, se optó por hacer un "gesto" directamente dirigido a los votantes cercanos de cara a las elecciones de octubre próximo.
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Álvaro Pezoa B.
04 de junio del 2024