A propósito de la opinión pública de los empresarios

Una columna publicada recientemente, bajo la firma de -mi colega- Pablo Halpern, hizo referencia a la voz pública que han ido adquiriendo los empresarios, con frecuencia a través de instancias corporativas de sus propias compañías. Concluía el autor que, aún pudiendo diferir del contenido de esas posiciones, se podría convenir que resulta de interés saber qué piensan. Los tiempos del silencio empresarial, vigente hasta tiempos relativamente recientes, habrían pasado a mejor vida.

Las afirmaciones de Halpern son ciertas, constatan documentadamente la realidad. Y ésta parece obedecer a la indesmentible preminencia que las entidades de negocios han llegado a tener en el mundo contemporáneo, donde Chile no es la excepción. La actual centralidad social de la empresa y, por lo tanto, de sus directivos, es un hecho incontestable.

Al respecto, ya en 1980 (Empresa Privada) y haciendo gala de su característica visión de futuro, el político y empresario Pedro Ibáñez Ojeda hacía notar que si se tenía en consideración la incontrastable gravitación social que habían alcanzado las empresas resultaba evidente la necesidad de que sus dueños salieran al ruedo público, al tiempo que orientaran sus actuaciones conforme a una escala de valores muchísimo más alta que las que motivaron a sus predecesores comerciantes.

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Autor:

Álvaro Pezoa B.

Fecha de Publicación:

03 de junio del 2024