En este artículo en McKinsey & Company, Bar et al (2020) destacan que las crisis mundiales generan importantes trastornos sociales y económicos; sin embargo, muchas de estas dinámicas son ingredientes para la irrupción de nuevos modelos de negocios. Los autores destacan que los líderes de las organizaciones deben apostar por la innovación a corto plazo, que puede tener consecuencias duraderas para la capacidad de sus empresas de crecer en los próximos años, mientras que abandonar los intentos de innovar en este momento puede ser una decisión miope y costosa para el futuro de la empresa.
Entre ejemplos exitosos se encuentra la economía colaborativa surgida de la crisis financiera del año 2009, el comercio electrónico en Asia fue adoptado para hacer frente a la epidemia del SARS en el año 2002, mientras que la crisis climática ha impulsado un crecimiento significativo de la industria solar y los automóviles eléctricos, así como la innovación en torno a alimentos más "inocuos para la tierra" como los sustitutos de la carne de origen vegetal.
15 de Julio del 2020
