A meses de la elección, parece razonable hacer un esfuerzo por identificar las habilidades que necesita quien conducirá los destinos de nuestro país a partir de 2018. Así evitaríamos, al menos en teoría, el grave error de elegir a quien se ha destacado ejerciendo un rol diferente y de promoverlo a la Presidencia de la República, donde podría resultar del todo incompetente (ya lo hemos hecho en el pasado).
Alfredo Enrione
19 de Abril del 2017