27 de abril

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La académica Sarah Wilford expuso sobre la posverdad y las diferencias que existen entre Estados Unidos, Rusia y China en una nueva charla de continuidad

En una nueva charla de continuidad, la Dirección de Alumni invitó a la académica del Centro Signos de la Universidad de los Andes, Sarah Wilford, para hablar sobre el tema de la posverdad desde la perspectiva de la teoría política.


Wilford comenzó explicando sobre el origen del término posverdad que si bien existe hace más de una década, en 2016 se popularizó especialmente luego del Brexit y la elección presidencial en Estados Unidos. Tanto así, que el Diccionario de Oxford la eligió como "palabra del año", después de notar un aumento del dos mil por ciento en su uso.


La académica explicó que el prefijo pos se usa como irrelevancia, es decir, la posverdad es cuando la verdad deja de importar. Existen, tres teorías que explican este fenómeno, la primera dice que la causa es la era en la que vivimos con tecnologías de la comunicación que facilitan el intercambio y la difusión de información, con una esfera pública fragmentada y con poca confianza en las autoridades. La segunda teoría sería ver la situación desde una perspectiva histórica, como una problemática que siempre ha existido, sobre todo al hacer campañas políticas. La tercera perspectiva para entender el fenómeno, que Sarah la considera suya, es la propia identidad democrática de las naciones que pone la opinión de todos en igualdad de condiciones y con el mismo derecho de expresarlas.


Sarah también dio ejemplos concretos de posverdad en Estados Unidos, Rusia y China. Y explicó que la pandemia fue un hito importante para estudiar este fenómeno, ya que todo el mundo estaba viviendo lo mismo. En el caso de EE.UU, surgió cierta competencia de información que generaba que según la verdad que elegías, pertenecías a diferentes grupos políticos. Por otro lado, en Rusia se hizo patente el control estatal sobre lo que se consideraba verdadero. Lo mismo ocurrió con China, que usó la información para mostrarse como una nación benevolente y de ayuda al próximo.


La académica explicó que la principal diferencia entre estos países es que, en el caso de Estados Unidos, las noticias falsas que pueda transmitir el gobierno son cuestionadas por algunos ciudadanos y por la prensa. En los regímenes autoritarios, como Rusia o China, en cambio, se suprimen las opiniones disidentes.


Finalmente, Wilford señaló que ella ve con optimismo el futuro y habló de que considera que las nuevas generaciones, como nativos digitales, están más preparados para filtrar las noticias que les llegan y mirarlas de manera más escéptica. "Hay que abordar la verdad, la mentira y la propaganda como un demócrata. Como decía el filósofo Tocqueville, 'confianza en la propia capacidad de razonar'", señaló.