El Centro de Estudios Financieros junto con NetGo Financial Risk Management realizó un estudio sobre Gestión de Riesgo de Tipo de Cambio a empresas chilenas, cuyos resultados fueron presentados de manera exclusiva en una nueva charla de continuidad por Francisco Matthews, quien es socio fundador de la compañía, y moderado por Julio Aznarez, profesor asociado a la Dirección Financiera del ESE.
El documento identifica cuáles son las prácticas más extendidas de las compañías en la gestión del riesgo cambiario, teniendo en cuenta la creciente volatilidad en el mercado de divisas, el cual se ha vuelto un panorama crítico para los equipos de finanzas.
Dentro de los resultados obtenidos, de una muestra de cerca de 190 empresas de diversas industrias, destaca que el 74% de las empresas nacionales afirma que el riesgo de tipo de cambio es una preocupación alta para ellos.
Junto a lo anterior, el objetivo principal de la gestión del riesgo cambiario es proteger el valor económico de la empresa para el accionista (41%). "Las empresas quieren aislar el riesgo cambiario, ya que gestionarlo significa maximizar el valor para el accionista", explicó Francisco Matthews.
En lo que respecta a los derivados más utilizados en la cobertura, un 93% respondió forward simple, que según el profesor Julio Aznarez, correspondería a "la simplicidad de esto, además de que es un instrumento bastante barato en donde no hay que pagar una comisión muy grande".
Sobre el método de contabilización de derivados se encuentra la inversión (54%) y hedge accounting (46%). Al mismo tiempo, el estudio lanzó que, las empresas que no aplican el último método, es por el desconocimiento de él (46%), seguido porque el directorio no lo considera necesario(18%).
Por último, los desafíos de la gestión del riesgo cambiario destacan que el 47% de los encuestados considera que mejorar la información financiera para medir la exposición al riesgo de tipo de cambio como la primera opción. A este le sigue mejorar el análisis de la eficacia de las estrategias de cobertura realizadas (44%), y en tercer lugar establecer una política de gestión de riesgo de tipo de cambio con un objetivo claro y definido (41%).